El deseo y la mirada transgénero: un análisis visual de personajes en Orlando (1993), Todo sobre mi madre (1999) y Los chicos no lloran (1999)

Resumen

Este proyecto se adentra en la representación de personajes transgénero en el cine, explorando los elementos visuales y narrativos que transmiten los conflictos biológicos, sociales y psicológicos que enfrentan en la pantalla. También plantea la intrigante pregunta de si puede existir una “mirada transgénero” distintiva en el ámbito del cine. A lo largo de la década de 1990, varias películas aclamadas desafiaron las nociones tradicionales de género e introdujeron una perspectiva fresca sobre la identidad. Estas películas sirvieron como un punto intermedio para discutir cuestiones de género e identidad sexual. El proyecto examina tres películas específicas y sus estilos y miradas de dirección para arrojar luz sobre la representación transgénero en el cine.

En primer lugar, se analiza la adaptación de Sally Potter de “Orlando” de Virginia Woolf (1992), ambientada en Inglaterra a lo largo de cuatro siglos. Potter utiliza estéticas de cuentos de hadas y diálogos clásicos para dramatizar las normas de género y los deseos de la aristocracia. Si bien el personaje de Orlando es relatable y ofrece un viaje inmortal a través de los géneros, la película impone una mirada feminista, dejando de lado las discusiones sobre sexualidad y género.

“All About My Mother” (1999) de Pedro Almodóvar es la segunda película bajo escrutinio. Almodóvar explora la paternidad a través de personajes transgénero, ofreciendo una mezcla surrealista de comedia y tragedia. El público ve la historia desde la perspectiva

del hijo homosexual de Manuela, quien busca su pasado a través de la vida de su madre.
Por último, Kimberly Peirce cuenta la trágica historia de Brandon Teena en “Boys Don’t Cry” (1999), un hombre transgénero asesinado después de que se revela su identidad en un hostil pueblo de Nebraska. Peirce representa visualmente la complejidad del género en el transgénero, ilustrando cómo Brandon y Teena coexisten dentro del mismo cuerpo, a pesar del abuso social.

Estas tres películas comparten similitudes y deficiencias en su representación de personajes transgénero, insinuando la posibilidad de una “mirada transgénero”, aunque con limitaciones. El desafío radica en el reconocimiento perpetuo del sexo original a pesar de interpretaciones destacadas. Este proyecto sugiere que la “mirada transgénero” gira en torno al deseo de ser auténticamente uno mismo, independientemente de las apariencias externas, estableciendo su identidad única y distinta de las miradas masculina y femenina.